Un deber de los adultos y un derecho de los chicos.
1 de cada 4 niños tiene sobrepeso u obesidad y 1 de cada 10 presenta obesidad.
Tanto
la presencia de sobrepeso u obesidad en etapas tempranas de la vida,
aumenta el riesgo de desarrollar, en la vida adulta, enfermedades como
diabetes, hipertensión, colesterol alto, osteoporosis, algunos tipos de
cáncer, etc.
Un
paso fundamental para prevenirlas es inculcándole hábitos alimentarios
saludables a nuestros hijos de manera que tengan una alimentación acorde
y variada desde sus primeros años de vida.
Recomendaciones a tener en cuenta:
- Realizando
al menos las cuatro comidas principales: desayuno, almuerzo, merienda y
cena. Y tratar que al menos una se realice en familia, si es posible.
-
Ofrecer alimentos variados, con diferentes presentaciones, sabores,
texturas y colores, inclinará al niño a preferir los alimentos
saludables y a tener una alimentación variada que incluya todos los
grupos de alimentos. Utilizar la imaginación para hacer agradables los
platos que a tu hijo le gustan menos.
-
El ambiente al momento de comer debe ser tranquilo, sin distracciones
tales como televisión, radio, videojuegos, juguetes, etc.
- Es fundamental iniciar el día con un desayuno que incluya lácteos, pan y fruta.
Es bueno dedicarle 15 minutos sentados en la mesa y como siempre con la familia, si es posible.
- Nunca
ofrecer agua, jugos o bebidas en exceso ni alimentos dulces antes de
las comidas, ya que puede perjudicar el apetito a la hora de comer.
-
El consumo de galletitas, alfajores, snacks, golosinas y bebidas
azucaradas, resulta inevitable pero debe claramente limitado. Los niños
deben tener claro que estos alimentos se consumirán únicamente en
oportunidades puntuales y con moderación.
-
Las experiencias tempranas del niño con la comida influyen directamente
en la conducta alimentaria desarrollada posteriormente.
Es
importante evitar conflictos familiares durante las comidas ya que los
niños asocian las comidas con las vivencias familiares.
¡Y nunca utilizar los alimentos como premio o castigo!
-
Los niños actúan por imitación, seleccionan los mismos alimentos que
consumen sus familiares y amigos. Es prioritaria la conducta alimentaria
de los padres y es clave "predicar” con el ejemplo. No debemos
transmitir nuestros gustos por las comidas a nuestros hijos, a veces lo
hacemos en forma inconsciente y dejamos de ofrecer alimentos que no nos
gustan a nosotros.
¡Es un buen momento de incluirlo en la alimentación de toda la familia!
-
Los niños tienden a rechazar los nuevos alimentos, por ello para lograr
una alimentación variada se debe dar a probar varias veces un alimento
nuevo hasta que sea aceptado. Se recomienda que entre cada exposición
haya una semana de tiempo y modificar la forma de preparación del
alimento en cada exposición para aumentar la aceptación.
Es necesario tener paciencia, constancia, creatividad y nunca forzarlos a comer!!
-
Es normal que a los niños, como a los mayores, haya platos que no le
gusten, y debemos respetarlos. Si habitualmente tiene una alimentación
variada, que incluya todos los grupos de alimentos, no hay de qué
preocuparse.
Para terminar, les dejo una divertida tarea domiciliaria:
Invitar
a tu hijo a que te ayude en la preparación de las comidas, a los niños
les gusta comer alimentos que ellos mismos ayudaron a preparar.
¡La
comida casera es siempre la mejor opción: se sabe lo que tiene, como
fue preparada, tu hijo puede participar en la elaboración y además la
casa se llena de ricos olores!
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