La hiperactividad es un comportamiento caracterizado por la actividad excesiva y fuera de lo normal. Se trata de un trastorno de la conducta infantil que lleva al niño a no poder quedarse quieto, prestar atención y más.
La hiperactividad del niño también se manifiesta durante la etapa de sueño, manteniéndolo en permanente actividad. Los niños que son hiperactivos disponen de demasiada energía. Por lo que sus padres deben buscar la manera para canalizar dicha energía y usarla de manera beneficiosa para el niño y toda la familia.
Son clasificados los síntomas según el déficit de atención, hiperactividad e impulsividad:
• Dificultad para prestar atención.
• Dificultad para responder a los estímulos complejos de una manera ordenada.
• Actividad motora excesiva o inapropiada.
• Dificultad para acabar tareas que empezó.
• Dificultad para mantenerse sentados.
• Presencia de un carácter fuerte y destructivo.
• Dificultad para controlar conductas: no se reprimen, dicen y hacen lo que quieren.
• Dificultad para entender sus deberes y obligaciones. Siempre terminan haciendo primero lo que quieren.
Es difícil para toda la familia tener un niño hiperactivo, pero tenemos que pensar que sin importar que circunstancia, él continua siendo un niño, que debemos cuidar, amar y enseñar. Si lo criticamos todo el tiempo por su comportamiento, ese sufrirá daños psicológicos y no cambiará de actitud, pues verá que todo lo que haga siempre acaban rezongándole.
Sabrina Rodrigues
Redacción Revista Padres Montevideo
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